Los poderes de Paula

Asomaba su cabeza por la pequeña ventana y recibía un aire helado que despertaba sus ideas. Prendía su lámpara de lectura y comenzaba su proceso de embarrar letras sobre sus notas. Es fácil hacerlo para un octopus vulgaris, pero esa ventaja le traía otras desventajas como el frío que penetraba por sus otras 7 extremidades. El reflejo del ventanal despertó su cretividad al verse recién levantada y con una pestaña todavía pegada al ojo izquierdo. La tenua luz dio paso a la bella cadencia de su tentáculo derramando tinta que se convertía en texto. Cerro la ventana para leerlo en voz alta. Antes probó su nuevo micrófono que la convertía en artista. Una voz perfectamente modulada dejó pasar su aliento desde su corazón a una grabación que perduraria hasta el final de los tiempos. -“Soy Paula, es 8 de septiembre del 2022… No soy yo, no es que crea quien soy por mis apariencias, hoy me he visto en el reflejo del ventanal y me reconozco. Y acaricio mi imaginación como si fuera real, puedo visualizarme nadando en aguas tibias, lejos de este frío mundo de realidad. Mi creatividad me vuelve maga, aparezco bellas flores desde el fondo de sombreros negros y creo. Aseguro verme en mi propio espejo de apariencias, desde donde puedo imaginar, siento y vivo intensamente. Voy nadando a propulsion como pez en el agua.” Los vecinos del complejo de apartamentos ya se habían quejado con el administrador. Vinicio, un bufalo ya venido a menos toco a la puerta. Paula detuvo la grabación, una de sus extremidades llego hasta la perilla de entrada y todavía con audífonos puestos dejó pasar al portero, quien caminaba lento pero haciendo crujir la vieja madera del piso 9. Don Vini limpio su garganta para asegurarse de ser escuchado. – Srita Paula ¿podría remover sus orejeras? Paula recorría sentada en su silla gamer de regreso a su escritorio. Vini bufo, tomó aire y recito por cuarta vez lo que la pareja de pinguinos le habían dejado saber ya por más de un mes. – No puede hacer ruido tan temprano, vera, Charlie y Dolores se quejan de sus grabaciones, solo piden que sean más bajas o las paredes más anchas, y le aseguro que la segunda no sucederá. El pulpo tomó al bufalo del cuello y lo acercó lentamente hacia ella, le quito las gafas color lila y le planto un beso en la mejilla. Así será don Vini, imaginare que tengo poesía, micrófono nuevo y poderes para guardar los textos sin hablar.

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Comentarios

  • Rosa 09/11/2022
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    Me atrapó!!! Quiero saber más de Paula.

  • Jaime 09/11/2022
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    Que maravilloso cuento, queremos leer mas de este genial escritor