Descripción
La figura mitológica de la hidra es una metáfora bastante expandida para explicar la aberración de la modernidad y el exacerbado neoliberalismo. Esta terrible serpiente policéfala custodiaba la entrada al inframundo; su aliento era venenoso y regeneraba dos cabezas de dónde era amputada la primera. El antiguo temor nacido de la monstruosidad escondía la necesidad de la salvación y redención en el mito, inspiración heroica.
Escribo esta reflexión en la hybris de las propias tragedias, comedias y desciframientos desde mi horizonte de mundo. Escribo así, a dos tintas y media pluma en la posición divida que ocupo y fue asignada en mi revelación cósmica e intelectual. Desde la historia, singularidad e historicidad de un contexto que me precede. Por mi condición: soy mujer y nací en Oaxaca. Hablo castellano, practico una fe y mi educación es un privilegio donde no es un derecho para todos. Me he posicionado un sinfín de ocasiones, girando la tuerca y la rueca para delimitar qué puedo conocer y dar testimonio de veracidad.
La filosofía, idealizada y desencantada, nos enuncia un hecho: como “madre” de todas las ciencias, desde los griegos a los modernos, privilegia una forma de validación, deifica la racionalidad que excluye los saberes populares y mitos; tiende a la abstracción, regularidad, orden; su metodología es disciplinaria, rigurosa y estrecha de posiciones. La investigación científica parte de un espacio geopolíticamente situado y discursivamente hegemónico.
En el siguiente documento pretendo explicitar la necesidad de alternar narrativas a las de un Norte y Centro global. Primando saberes que son epistémica e históricamente significativos; partiendo de la necesidad de posicionarse respecto de la investigación, en defensa de lo que revela primacía. Obviar la necesidad de ideologíazarse como investigadora significaría renunciar a mi condición, a mi legado y a mi herencia. Hablo por privilegio.
La tesis que erige este marco de reflexión propone que descolonizar la mirada significa descolonizar la historia de la periferia: lo que a veces implica diálogo con posturas argumentativas de reconocimiento, pero también implica hacer frente, resistencia y negociación, repensar una posición política en el discurso. Si, por ejemplo, es necesario acceder a la competitividad y estandarización por qué no a bien, comprender la cosmovisión de nuestro imaginario desacreditado y deslegitimado del sistema mundo, traducirlo, decodificarlo, hacerlo acaso asequible. Esto es lo que me es posible, quizás permitido, significar por fuera de llevar a hablar desde el ventrílocuo. Aquí subyace una postura.
Junio 2022
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