Capítulo #6 La primera vez

1990
16 años

La vida de la familia regresaba a su normalidad, Josefina seguía su vida entre las casas, las religiones y el misticismo, Enrique se quedaba solo en casa, Antonio pasaba muy poco tiempo en el departamento, ya que trabajaba más tiempo como mariachi en Garibaldi; junto con el trabajo llegaba el dinero, y al lado de éste, las mujeres, las fiestas y el alcohol.

Empezaba a ser común de nuevo para Enrique ver a Antonio llegar a casa alcoholizado; pasaban poco tiempo juntos. Para él era difícil quedarse solo en casa, pues su papá casi no estaba porque trabajaba una buena parte del año en Estados Unidos; su madre salía constantemente con Yalena, ya que ambas compartían además de tiempo, la afición, el pasatiempo o tal vez la curiosidad por el misticismo, el ocultismo, o cualquiera de ese tipo de cosas que nadie llega a comprender del todo.

Al sentirse y verse solo, Enrique se daba la libertad de salir con sus amigos a la calle con más frecuencia, pero los chicos de su edad ya no le parecían tan agradables, o no lo suficiente; se aburría muy fácil al pasar la tarde con ellos, así que empezó a juntarse con los muchachos más grandes que él con los cuales la pasaba mejor. Sus pensamientos estaban cargados de mayor malicia que la de un chico de 16 años, por eso Enrique se entendía perfecto con ellos.

Algunos de los muchachos con los que ahora pasaba tiempo, fumaban, tomaban y lo compartían con los demás; pasaban de mano en mano el cigarro o la cerveza, hasta llegar a las manos de Enrique, el cual aceptaba para que no se burlaran de él. No tenía problemas con tomar, ya lo había hecho antes por seguir los pasos de Antonio; lo que aún no se le daba bien era el cigarro, cuando lo intentaba, el humo lo hacía toser casi hasta vomitar, y entonces todos se reían.

Una tarde, un muchacho al que Enrique conocía muy poco, se acercó a él y se quedó para enseñarle a fumar. Su nombre era Rubén; no era tan grande como los demás, de hecho, sólo era un par de años más grande que Enrique, y desde aquel día, cada vez que llegaba con la bola de amigos, siempre lo saludaba primero a él, y al irse, se acompañaban.

Llegó un momento en el que se volvió cotidiano ver a Enrique y Antonio llegar borrachos al departamento; sin embargo, cuando Antonio se dio cuenta de que su hermano también lo hacía, intentaba regañarlo. Enrique se lo quitaba de encima arguyendo que él no tenía autoridad para reclamarle, pues hacía lo mismo, también llegaba ahogado al departamento y peor aún, a veces ni siquiera llegaba a dormir.

Enrique ya pasaba mucho tiempo con Rubén y todos sus amigos. Un día en el que estaban reunidos, un olor extraño llegó a él; olía diferente, miró a por todos lados para saber de dónde venía, hasta que se dio cuenta que brotaba de la mano de Rubén, del cigarro que tenía, el cual no era un cigarro común. Lo observó por un rato, y al encontrarse las miradas le pidió un poco…

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